viernes, 14 de marzo de 2008

Estoy de vacaciones y aunque todavía sigo sin saber cómo ha pasado, me he comprometido a hacer un trabajo sobre unas conferencias de Weber.

Y sí, Weber es ese niño tan gracioso de la foto de la izquierda. Aunque creo que es importante matizar que: creció, le dio por pensar y le dio por escribir. Todo esto es muy respetable, claro, pero Weber era alemán y eso es un problema cuando quieres leer sin morir.
Para salir airosa de la misión me he provisto de todo lo necesario: bolis, folios, subrayadores de los colores más cantosos que existen, el portatil cargado y muuuchaaa fuerza de voluntad. Me he comprado además las dos conferencias y una de las cientos de biografías que se han escrito sobre él, que creo que es especial por dos cosas: la primera que la escribió su mujer, Marianne Schnitger; la segunda, que me ha costado casi 30€ y que tanta pasta duele cuando la única fuente de ingresos de uno es vender trajes y combinar colores en una tienda que por cierto tiene también raíces alemanas.
He encontrado además el sitio y la compañía perfecta para pasar unas vacaciones en las que pretendes leer, escribir y hacer presentaciones power point y mola mazo :) Tranquilidad y buen rollo, puedo decir que tengo suerte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

:)
Power of power point.
Pointing at the clouds