De las abstención: de sus posibles causas y su inconveniencia. Del ejercicio del derecho a anular el voto.

Que el X% de nosotros no fuimos a votar el 27-M es un hecho demostrable y ya demostrado, irrefutable y no me jodáis, que ya tenemos bastante con Esperancita.
Dice Pablito, que en Madrid ganó el PP porque todos los votantes potenciales del PSOE el domingo están quemadísimos de toda la semana currando, es una explicación, pero el por qué de nuestra irresponsabilidad podemos buscarlo en muy diversos lugares: desde debajo de las sábanas a las barras de los bares. Las sábanas tiran mucho, y los bares y las birras a mediados de mayo casi que más.
Yo no fui a votar porque la noche anterior había estado celebrando que había aprobado, que no tendría que volver nunca más a mi instituto infernal de la zona sur de Madrid y que iba a matarme a estudiar para selectividad todo el mes siguiente. ¿Qué tendrá qué ver- os preguntaréis. Bueno, además de ser una niñata irresponsable, por la mañana todavía llevaba un pedo que ni Alfredo y la tarde al dediqué entera a dormir. Pero ésta es otra cuestión…

A pesar de todo, por lo general, la gente que se quedó en su casa fue o bien porque se la sudaba lo que pasase o bien porque veían que ya podían hacer más bien poco contra la gracia natural de Esperancita que a tanta gente conquistó vestida con mono de obra, de chulapa en san Isidro o de traje sobre fondo naranja. Ais… Las gaviotas, lo que tiran en España, hay que joderse. Otros, directamente pasaron tanto de la carismática (¿?) Esperancita, como del desvalido y a la vez experto en este tipo procesos electorales Simancas. De la señora esa poco elegante cuyo nombre ya nadie recuerda de IU, ni te cuento. Total, ¿pa´qué? Si al final son todos lo mismo.

Nos llenamos la boca diciendo que buscamos una alternativa, que estamos hasta la polla de que al final todos sean más o menos lo mismo (aunque lo mismo lo mismo no sea).

Entonces, ¿qué hacemos? Mientras nos quedemos en casa durmiendo la mona, viendo la tele o jugando al parchís, vamos de culo. Es lo mismo que decir: “Somos estúpido, así que haced de nosotros lo que queráis”

¿Qué propongo yo para los que están hartos? No, ni es UPyD, ni un partido maravilloso fundado por mí. A la manera de esa gente que se junta de vez en cuando para hacer batallas de almohadas o aplaudir en el corte inglés, yo propongo el voto nulo a nivel nacional. ¿Cómo? Pues nos ponemos todos de acuerdo y anulamos nuestro voto todos de la misma forma. Si me preguntáis qué efectos tendría esto, tendré que deciros la verdad: que con total seguridad ninguno, pero mola, no?